A menudo insistimos sobre la necesidad de controlar el riego, pues es la causa más común de muerte entre nuestras queridas plantas domésticas. El riego por inmersión es una técnica sencilla y efectiva que puede ayudarte a mantener tus plantas felices y bien hidratadas sin riesgo de encharcar o regar de más.
En este artículo te explicamos en qué consiste, cuándo conviene usarlo y qué plantas lo agradecen especialmente.
¿Qué es el riego por inmersión?
El riego por inmersión consiste en colocar la maceta de una planta dentro de un recipiente con agua durante unos minutos, de modo que el sustrato absorba la humedad desde abajo hacia arriba a través de los agujeros de drenaje. Es una forma muy eficaz de hidratar la tierra de manera uniforme y evitar que el agua se acumule en la superficie.
Ventajas del riego por inmersión
- Permite una hidratación uniforme del sustrato.
- Evita el exceso de agua en la parte superior de la maceta.
- Ideal para plantas con hojas delicadas o sensibles al agua, como las calatheas.
- Muy útil cuando el sustrato está tan seco que ha perdido su capacidad de absorción desde arriba.
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¿Cuándo conviene regar por inmersión?
- Cuando el sustrato está muy seco y se ha compactado, de modo que la tierra se ablande.
- Si el agua de riego habitual sale directamente por los agujeros sin mojar la tierra, impidiendo que la planta la absorba.
- En plantas con hojas sensibles al contacto directo con el agua.
- Al trasplantar, para asegurarse de que el nuevo sustrato se empapa correctamente.
Cómo hacer riego por inmersión paso a paso
- Llena un recipiente con agua (preferiblemente reposada o sin cal).
- Introduce la maceta hasta aproximadamente 2/3 de su altura.
- Deja que la planta repose entre 10 y 20 minutos, según el tamaño. Verás como el nivel de agua baja poco a poco.
- Retira la maceta y deja escurrir bien el exceso de agua.
- Vuelve a colocar la planta en su sitio habitual.
Errores comunes al regar por inmersión
- Dejar la planta sumergida demasiado tiempo (puede pudrir las raíces).
- No escurrir bien la maceta tras el riego, de modo que la planta no puede deshechar el agua sobrante.
- Usar esta técnica como método único de riego en todas las plantas, pues algunas prefieren un riego normal o humedad en las hojas.
¿Qué plantas se benefician más del riego por inmersión?
Calatheas
Les encanta la humedad constante y son muy sensibles al agua del grifo. El riego por inmersión con agua filtrada o sin cal es ideal para ellas, como vimos en la entrada dedicada a la Calathea Roseopicta.
Monsteras
No lo necesitan siempre, pero puede ser muy útil si el sustrato se ha secado en exceso. Asegúrate de dejar escurrir bien la maceta, pues es una planta que odia tener las raíces encharcadas. Puedes aprender más en nuestro artículo dedicado a la Monstera Albo Variegata.
Philodendrons
Pueden beneficiarse de esta técnica de forma ocasional, sobre todo si la tierra está muy seca o tras un trasplante. Al ser bastante resistentes, puedes regarlos de manera normal perfectamente, aunque usar el riego por inmersión te permitirá ser más preciso aún.
Suculentas y cactus
En general, no se recomienda usar el riego por inmersión con estas plantas. Sus raíces son muy sensibles al exceso de agua y es fácil provocar pudriciones.
Recuerda que tanto cactus como suculentas almacenan agua en sus hojas, por lo que no te preocupes demasiado si ves el sustrato seco.
Tabla informativa según tipo de planta
| Planta | ¿Usar riego por inmersión? | Frecuencia recomendada | Precauciones especiales |
|---|---|---|---|
| Suculentas | No recomendable | Solo en casos extremos | Riesgo alto de pudrición |
| Cactus | No recomendable | Muy ocasional | Solo si está muy seco el sustrato |
| Calatheas | Sí, ideal | Cada 7-10 días | Usar agua sin cal, evitar encharcar |
| Monsteras | Ocasionalmente útil | Cada 10-14 días | Solo si el sustrato está muy seco |
| Philodendrons | Sí, aunque no es necesario | Cada 10-14 días | Drenar bien después de sumergir |
¿Con qué frecuencia se puede usar esta técnica?
Depende de la planta y del clima, aunque normalmente puedes usarlo con la misma frecuencia que el riego normal. Esta técnica te permitirá ser más preciso con la cantidad de agua que tu planta recibe, de modo que cogerá únicamente lo que necesita.
Una buena forma de medir si la frecuencia de riego es adecuada es comprobar la cantidad de agua que la planta recoge. Si ves que lleva 10 minutos en agua y el nivel de este no ha bajado, es porque la planta ya no tenía necesidad de riego. Si por el contrario, el nivel baja rápido, es porque la planta estaba sedienta. Así podrás estimar cada cuanto regar, pues como sabemos, cada planta es un mundo y sus necesidades dependen de muchos factores.
Conclusión
El riego por inmersión es una técnica fácil, eficaz y muy valiosa en ciertas situaciones. Usada con criterio, puede ayudarte a mantener tus plantas sanas, especialmente aquellas que son más exigentes con la humedad. Recuerda: no todas las plantas lo necesitan, pero saber cómo y cuándo hacerlo es una herramienta más en tu arsenal plantil.
