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Cuidados de tus plantas en verano: cómo protegerlas del calor

Cuando llega el calor, nuestras plantas pueden sufrir más de la cuenta aunque estén en interiores. Las altas temperaturas, la falta de humedad y la intensidad del sol son factores de estrés que hacen estragos en nuestras plantas, sobre todo si tienes plantas de interior o macetas en exterior. ¡Pero no te preocupes! En este post de macetitas te contamos cómo proteger tus plantas en verano para que sobrevivan al calor y sigan tan bonitas como siempre.

1. Riego en verano: más frecuente, pero con cabeza

Durante el verano, las plantas necesitan más agua, pero eso no significa que debas inundarlas.

  • Riega a primera hora de la mañana o al atardecer, cuando el sol no es tan fuerte y la tierra puede absorber mejor el agua. Intenta siempre evitar regar cuando más calor hace, pues el cambio de temperatura del agua fría o templada, con el calor del sustrato y el que ha absorbido la propia planta, es un factor de estrés que no le sienta nada bien.
  • Asegúrate de que el agua llegue bien a las raíces. Si riegas superficialmente, solo mojarás la capa de arriba y no servirá de mucho. Recuerda nuestro post sobre riego por inmersión, pues es una buena época para usar esta técnica.
  • Evita mojar las hojas, sobre todo en horas de sol, para prevenir quemaduras. Esto es especialmente importante en plantas como suculentas o cactus, que no quieren agua en sus hojas.
  • Usa sí o sí el riego por inmersión para macetas pequeñas o plantas que lo agradecen, como algunas suculentas y helechos, pues son más susceptibles al exceso de humedad en sus raíces.
Plantas en macetas 3d en verano

2. Sombra para las horas más intensas

Aunque muchas plantas adoran el sol, el sol directo de verano puede ser demasiado fuerte, incluso para las más resistentes.

  • Si tienes plantas en el balcón o terraza, considera moverlas a una zona más sombreada durante las horas centrales del día.
  • ¿Es imposible o poco viable? Entonces puedes usar telas de sombreo, cortinas finas o toldos, que reduzcan la intensidad o eviten el sol directo, sin quitar toda la luz.
  • En interior, evita colocarlas justo detrás del cristal en ventanas orientadas al sur. El cristal amplifica el efecto de la luz y puede quemar las hojas.

3. Cuida la humedad ambiental

El calor reseca el ambiente, y a menudo las plantas que tenemos en interior (como la calathea o monstera) necesitan humedad que no obtendrían estando fuera. Te damos algunos consejos para aumentar la humedad de tu casa:

  • Coloca un humificador cerca de tus plantas o, en su defecto, un platito con agua y piedras, que genere humedad por evaporación.
  • Para mejorar este efecto, también es buena idea agrupar tus plantas, de modo que se ayuden unas a otras a mantener la humedad.
  • Pulveriza las hojas con agua solo si la planta lo tolera (recuerda evitar esto en plantas crasas o cactus).

4. Revisa el sustrato y el drenaje

Con el calor, es fundamental que el sustrato esté en buenas condiciones y drene bien. Para esto, puedes colocar bolas de arcilla o arlita en el fondo de tu macetero, así como asegurarte de que este tenga un agujero por el que drenar el agua.

  • Si notas que el agua se estanca o que el sustrato huele mal, puede ser momento de un cambio de tierra.
  • Usa mezclas ligeras y aireadas, que retengan algo de humedad pero no se encharquen.
  • Añadir un poco de perlita o fibra de coco puede ayudar a mejorar la textura del sustrato, además de proporcionar más aireación al mismo.

5. Evita trasplantes o podas drásticas

El verano no es el mejor momento para estresar a tus plantas.

  • Evita trasplantar salvo que sea absolutamente necesario (por ejemplo, si la maceta se ha roto o hay una plaga). El trasplante es un estrés para la planta, lo que si lo unimos al calor que hace, puede causar muchos daños.
  • Las podas intensas también es mejor dejarlas para la primavera u otoño. Si necesitas cortar algo, hazlo con moderación y en las horas más frescas.

Lo ideal es llegar al verano “con los deberes hechos”, de ahí que la primavera y el otoño, que son periodos con climas menos extremos, sean ideales para preparar a tus plantas.

6. Fertiliza con precaución

Aunque tus plantas crecen más en verano, no te pases con el abono.

  • Usa fertilizantes suaves y, si puedes, líquidos diluidos en el agua de riego, que son más fáciles de absorber.
  • Fertiliza solo una vez al mes o cada 15 días, según la especie y el tipo de abono.

7. Vigila las plagas de verano

Con el calor, aumentan los insectos como araña roja, pulgón o cochinilla. Al estar tus plantas más débiles en esta época, son una presa más fácil de algunos insectos.

  • Revisa las hojas por el envés cada semana.
  • Si detectas alguna plaga, actúa pronto con jabón potásico o aceite de neem, que suelen ser suficientes para tratar la mayoría de plagas.
  • Evita usar productos químicos agresivos en pleno sol, pueden dañar más a la planta que a la plaga. Siempre intenta hacerlo al igual que el riego: por la mañana o a última hora.

En resumen

El verano puede ser una época dura para tus plantas, pero con unos cuidados básicos y algo de atención, pueden superarlo sin problema. Controla el riego, protégelas del sol directo, mantén la humedad y dales un respiro hasta que lleguen temperaturas más suaves. ¡Ellas te lo agradecerán con nuevas hojas y flores!