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¡Plantas de interior fáciles de cuidar que transformarán tu hogar!

Si alguna vez has pensado que no tienes «mano verde» para las plantas, ¡estás en el lugar correcto! Hoy te vamos a mostrar que cuidar plantas de interior fáciles de cuidar no es tan complicado como parece. Con un poco de información y algunos trucos, tu hogar puede convertirse en un oasis verde y vibrante si combinas plantas con macetas originales. Además, tener plantas no solo embellece tu espacio, sino que también mejora la calidad del aire y tu bienestar general. ¡Vamos a ello!

Las mejores plantas de interior fáciles de cuidar

1. Pothos (Epipremnum aureum)

Ya sabéis que es una de nuestras favoritas y la recomendamos a menudo. El pothos es una planta súper resistente y adaptable, ideal para principiantes. No necesita mucha luz y puede sobrevivir en casi cualquier condición. Además, sus hojas en forma de corazón y sus enredaderas largas y elegantes pueden darle un toque especial a cualquier rincón de tu casa si lo combinas con macetas de colores o macetas divertidas.

Golden photos en una maceta

Existen muchas variedades de pothos dependiendo del color de su hoja, que va desde el verde más intenso hasta al amarillo brillante, con muchas combinaciones entre sí.

Cuidados básicos del Pothos

  • Luz: Indirecta, pero es capaz de crecer en espacios con poca luz.
  • Riego: No es necesario un riego frecuente, puedes mantener la norma de una vez a la semana en verano, y un par de veces al mes en invierno. ¡Presta siempre atención a lo húmedo que esté sustrato!
  • Humedad: No requiere altos niveles de humedad, aunque al ser una planta que absorbe humedad es buena para colocarse en espacios como baños
  • Suelo: Asegúrate de que la maceta que uses tenga un buen drenaje.

2. Sansevieria (Sansevieria trifasciata)

Conocida también como «Lengua de suegra», esta planta es casi indestructible. Crece sobre todo de forma vertical, y aunque sólo crea una o dos hojas nuevas al año, sus hojas verticales lo hacen de modo continuo hacia arriba: por eso también es idónea para plantar en macetas pequeñas.

Sus hojas son robustas y perfectas para darle un toque moderno y sofisticado a tu espacio. Aunque las hojas de cada planta serán todas muy similares, sí que existen muchos tipos de sansevieria, por lo que seguro que encuentras una que se adapte a tu estilo. Finalmente, la sansevieria es famosa por su capacidad de purificar el aire.

Cuidados básicos de la Sansevieria

  • Luz: Admite todo tipo de luz, aunque es recomendable que reciba bastante.
  • Riego: Poca agua; una vez al mes en invierno es suficiente. En verano puedes regarla cada dos semanas.
  • Humedad: Baja.
  • Suelo: Arenoso y bien drenado, evitando encharcamientos.

3. Zamioculcas (Zamioculcas zamiifolia)

La zamioculca, o «ZZ plant», es perfecta para aquellos que se olvidan de regar sus plantas. Sus hojas brillantes y cerosas son increíblemente decorativas y pueden prosperar en condiciones de poca luz y con riegos infrecuentes.

una calathea en un macetero blanco
Una Zamioculca al fondo, junto a una Maranta

Cuidados básicos de la Zamioculca

  • Luz: Poca luz o luz indirecta.
  • Riego: Cuando la tierra esté completamente seca, una vez al mes suele ser suficiente.
  • Humedad: Baja.
  • Suelo: Asegúrate de que el sustrato no esté encharcado.

4. Suculentas y cactus

El mejor ejemplo de plantas fáciles de cuidar son las suculentas y cactus. Están emparentadas entre sí, pues todos los cactus son suculentas, pero no todas las suculentas son cactus. Comparten la característica de almacenar agua del ambiente en sus hojas, por lo que sus necesidades de riego son prácticamente inexistentes.

Ahora que sabemos esto, entendemos mejor por qué son plantas fáciles de cuidar: sólo necesitas asegurarte de que tienen un sustrato adecuado y un tamaño correcto de maceta que les permita crecer. ¡Vamos, que es mejor que no las toques y ellas se encargarán de todo!

Cuidados básicos de cactus y suculentas

  • Luz: Cuanta más mejor.
  • Riego: No será necesario casi nunca. Recuerda, ¡menos es más!
  • Humedad: Baja.
  • Suelo: Idealmente un sustrato pobre y arenoso.

Consejos prácticos para el cuidado de tus plantas de interior

Vale, ya hemos visto plantas que funcionan bien en interiores y que son fáciles de cuidar (¡o que directamente no requieren cuidados!) así que ahora vamos con consejos sencillos de aplicar y que mejorarán exponencialmente las posibilidades de supervivencia de tus plantas.

1. No riegues de más

El principal error y más común. A menudo, vemos el sustrato seco y lo compensamos dando excesiva agua a nuestras plantas. La mayoría de plantas te «avisa» cuando necesita agua, ya que se muestran más mustias o decaídas… ¡pero esto no quiere decir que necesites ahogarlas en agua! Si bien las plantas toleran la falta de agua en cierto grado, un exceso de ella suele ser letal y a menudo irreversible.

Antes de regar, asegúrate de que el sustrato está seco: introduce el dedo bien profundo, o utiliza un medidor de humedad. Ante la duda, también puedes regar mediante el método del plato: simplemente pon un plato con agua, coloca tu planta en ella unos 10 minutos, y a continuación ponla en otro lugar donde pueda escurrir el agua sobrante. De este modo, tu planta sólo cogerá el agua que necesita por las raíces, y desechará la que sobre.

2. Observa tus plantas

Como seres vivos que son, cada planta es única y puede mostrar signos de estrés si algo no va bien. Hojas amarillas, caídas o con manchas pueden ser indicadores de problemas de riego, luz o plagas. ¡Así que mantente atento!

No es necesario estar constantemente supervisándolas, bastará con comprobar que todo está bien una vez a la semana.

3. Proporciónales la luz adecuada

Aunque estas plantas pueden tolerar poca luz, asegúrate de que reciban al menos algo de luz indirecta para mantenerse saludables. Si no hay ventanas en las estancias en las que están, puedes probar a moverlas o a comprar un LED para proporcionarles luz artificial.

4. Limpia las hojas regularmente

El polvo puede acumularse en las hojas, impidiendo la fotosíntesis. Usa un paño húmedo para limpiarlas de vez en cuando.

5. Cambia las macetas cuando sea necesario

Si notas que las raíces están saliendo por los agujeros de drenaje o que la planta parece estancada en su crecimiento, puede ser momento de cambiarla a una maceta más grande. Si has elegido el tamaño correcto de la maceta, lo normal suele ser cambiar de maceta cada año o dos, aunque hay muchas plantas que son perfectas para plantar en macetas pequeñas.

Conclusión

Tener un hogar lleno de vida y verdor no tiene por qué ser una tarea complicada. Con las plantas de interior fáciles de cuidar combinadas con macetas originales, puedes disfrutar de los beneficios de tener un ambiente natural y fresco sin estresarte por los cuidados constantes. Desde el resistente pothos hasta la elegante sansevieria, hay una planta perfecta para cada tipo de hogar y estilo de vida. ¡Anímate a darle un toque verde a tu casa y disfruta de todas las ventajas que estas maravillosas compañeras verdes te pueden ofrecer!

Preguntas frecuentes (FAQs)

¿Cuál es la planta de interior más fácil de cuidar?

Es difícil de decir, ya que como sabemos las plantas son seres vivos y no existen dos iguales. Pero si generalizamos, el pothos suele ser considerado como una de las plantas más fáciles de cuidar debido a su tolerancia a diversas condiciones y su resistencia.

¿Puedo tener plantas de interior en una habitación sin ventanas?

Sí, algunas plantas como la sansevieria y la zamioculca pueden sobrevivir con poca luz. Sin embargo, es importante proporcionarles algo de luz indirecta al menos ocasionalmente.

¿Cómo sé si estoy regando demasiado mi planta?

Hojas amarillas o blandas suelen ser un signo de exceso de riego. ¡OJO! si ves estos síntomas puede que sea demasiado tarde para salvar tu planta. Por eso, lo mejor es la prevención: asegúrate siempre de que la tierra se seque completamente antes de regar.

¿Necesitan fertilizante las plantas de interior fáciles de cuidar?

Aunque no es estrictamente necesario, un fertilizante balanceado durante la primavera y el verano puede ayudar a mantener tus plantas saludables y promoviendo su crecimiento.